Cómo elegir un bebé reborn

Cuando quieres comprar un bebé reborn, la primera pregunta que debes hacerte es ¿Para un niño o para un adulto?

¿Para quién?

Si el bebé reborn está destinado a una niña, es mejor elegir un bebé reborn con cuerpo de material blando, este tipo de modelo es más ligero y, por tanto, más fácil de transportar.

Por otro lado, si está destinado a un adulto, recomendamos un bebé reborn con un cuerpo hecho completamente de silicona. De este modo, puedes sentir que llevas un bebé de verdad, ya que el peso de un bebé reborn con silicona se acerca más al peso del bebé real.

Presta atención a los detalles del reborn

Es importante prestar atención a los detalles del bebé reborn.

Por lo general, los recién nacidos tienen pequeñas arrugas en la piel para que parezcan lo más reales posible. En particular, algunas zonas se enrojecen, las pestañas y las cejas se alargan.

Además, sus uñas limpias están perfectamente representadas y algunas bebés reborn tienen incluso venas visibles, lo que aumenta el realismo.

Elige el color de los ojos de tu bebés reborn

Otro criterio importante es el color de los ojos del bebé, y puedes decidir si quieres que sean azules, marrones o verdes.

Incluso hay modelos que traen varios juegos de ojos de colores intercambiables, así podrás cambiar su look cuando te apetezca.

¿Una niña o un niño?

Este criterio te permite afinar tu búsqueda, ¿Quieres una o un bebé reborn?

Hay que saber que algunos bebés reborn no tienen partes del cuerpo íntimas, sino que sus cuerpos son de tela. En este caso, aunque este bebé reborn esté vestida de niña o de niño, puedes perfectamente comprarle ropa nueva y darle un nuevo aspecto.

Otros bebés reborn, en cambio, tienen cuerpos de silicona y sus partes íntimas son claramente visibles. Así que comprueba el material del cuerpo del bebé antes de comprarlo.

La importancia del tamaño del bebé reborn

Merece la pena comprobar el tamaño de tu bebé reborn antes de comprarlo, sería una pena que acabaras teniendo un bebé más pequeño o más grande de lo que pensabas. Cuanto más te acerques a los 50 cm, más cerca estarás del tamaño real del bebé al nacer.

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